Mediación 28 enero 2025

"El éxito de la mediación" 

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La abogada Gemma Pons García, empezó ejerciendo en los tribunales, pero pronto se convenció de que prefería mediar. Ella ha hecho bueno el dicho popular de que más vale un acuerdo que un pleito y su centro de mediación, Gestión Inteligente de Conflictos (GIC), ha obtenido recientemente el reconocimiento del Premio BBVA Revoluciona. El 78% de los casos en sus manos se resuelven evitando la vía judicial y su fundadora aspira a convertir su modelo en el Amazon de la mediación. Palabras mayores.

– ¿El Amazon de la mediación?

– Es donde queremos llegar. Yo siempre digo que el conflicto es inherente al ser humano y que evoluciona a medida que avanza la sociedad. La sociedad ahora es muy tecnológica y la gente busca justicia. Igual que la gente compra y se enamora por internet, por qué no va a querer solucionar sus conflictos por internet, más aún cuando hay una crisis en los mecanismos tradicionales de justicia. La gente busca acuerdos a medida y cuando viene a nosotros quiere soluciones que se adapten a su realidad socioeconómica. Por eso pensé en apostar por la tecnología, por la inteligencia artificial, ver cómo todo ello nos podía servir a los mediadores para desarrollarnos online, modernizar un sector muy tradicional, y por qué no, captar la atención de la gente joven. 

– ¿Cómo arranca tu vocación mediadora? 

– En 1998, cuando terminé la carrera de Derecho, veía que muchas personas salían frustradas del juzgado, que la justicia se medía en muchas ocasiones en la sensación de ganar o perder, blanco o negro. Y se necesitaba otro tipo de soluciones. Yo soy súper idealista pero también muy resolutiva y le buscaba el lado humano al Derecho, trabajar más con las personas. Me fui a Barcelona porque entonces en Valencia no existía ningún tipo de formación sobre el tema en Valencia. Estudié un máster y empecé a trabajar gratis con asociaciones y ONGs, hablaba sobre la mediación y prestaba servicios profesionales de forma gratuita para poder romper mano. 

– ¿Cómo se veía esta opción en los bufetes? 

– Se contemplaba en pocos y era como un recurso secundario, no prioritario. En 2004 tres mujeres creamos las unidades de mediación sanitaria y empezamos a demostrar a los hospitales que si no se gestionan bien los conflictos, se pierde dinero.

– ¿Qué tipo de conflictos?

– Pues al principio pensábamos que iban a ser conflictos externos, sobre todo de mala praxis, pero acabamos interviniendo en conflictos internos: interpersonales, con grupos de trabajo…Resulta curioso que cuando empiezas a trabajar como mediadora, siempre empiezas con mediación familiar, que sin duda siempre decimos que es la más complicada. Ahí tocas todos los palos, sobre todo el emocional. Si empiezas trabajando bien en mediación familiar luego das el salto y tienes muchas más herramientas. 

– ¿Mediáis en casos ya judicializados?

-Sí, cuando entonces hacemos lo que se llama “mediación exprés”: contactamos con los abogados y con las partes, les explicamos cómo vamos a trabajar antes de empezar. Nosotros nunca vamos a ejercer como abogados, esto es un centro de mediación. El cliente es del abogado y va a seguir siéndolo. Pero podemos aportar una solución fuera de los tribunales y nuestra tasa del éxito está en el 78%, ese es el porcentaje de acuerdos que conseguimos desde 2018, que es cuando empezamos a medir.

– ¿Planes de futuro?

– Ahora vamos a crecer en 3 ámbitos de mediación: cadena alimentaria, protección de datos y consumo, que es el área más social y democratizada. Si hemos conseguido que las entidades bancarias apuesten por la mediación y se sienten con las familias, creemos que también vamos a conseguir acuerdos en estas áreas, propiciando un reajuste y equilibrio en los conflictos. Vamos a seguir el camino que llevamos, para mí el mayor logro de GIC es que las empresas se hayan fijado en nosotros y que contraten nuestros servicios. 

– Una curiosidad antes de acabar, ¿qué hacen esos muñecos de LEGO en la mesa?

– Sirven para hacer intervenciones en empresas. Me acredité en una metodología que creó LEGO para gestionar conflictos en organizaciones, empresas o familias. En Estados Unidos una vez nos dieron unas instrucciones con un paquete de piezas iguales a un grupo y cada uno construimos una cosa diferente. Es muy interesante, como suele pasar en la comunicación, cada uno pude oir lo mismo y sin embargo percibir algo diferente. Imagínense que tenemos dos partes en conflicto y como ejemplo les diría que una que escucha la emisora FM y la otra AM, nuestro trabajo como mediadores consiste en que sintonicen el mismo canal para que empiecen a comunicarse y así poder buscar soluciones. Una pequeña confesión: yo tengo otro sueño. Me inspiró en una conferencia una joven empresaria valenciana que es una referente en el sector del gaming: María Tatay. Le dije que me tiene que ayudar a resolver los conflictos jugando. ¿Por qué no? 

– ¿En casa llegas a discutir o siempre hay acuerdo?

– Yo estoy divorciada y bien divorciada, como yo digo. Me llevo muy bien con mi ex marido, seguimos siendo una familia. Es más: como los domingos con mis suegros y veraneo con ellos. No son ex suegros, siguen siendo mis suegros.